miércoles, 27 de febrero de 2013

Ponencia del PROCULTURA, en el Ier Seminario CICDE, setiembre 2012





La investigación de la cultura como experiencia vivida.



“Hace décadas que quienes estudian la cultura
experimentan el vértigo de las imprecisiones”
Néstor García Canclini1



Dos ideas generales me interesa plantear, la primera es que la temática del programa, constituye una fuente de diversidades y complejidades investigativas.
La otra idea relacionada es que la constitución del programa es mucho más que el desarrollo de sus proyectos específicos porque supone un proceso de interaprendizaje que es también un proceso intersubjetivo entre nosotros y con los sujetos de nuestras investigaciones, de manera que la experiencia de hacer investigación es al mismo tiempo la experiencia que nos forma como investigadores y como programa de investigación.
El emocionante y difuso objeto de estudio del programa
Investigar la cultura es aventurarse a estudiar algo que ha sido definido de múltiples maneras o lo que es lo mismo, no ha sido definida del todo.
Definir la cultura en términos generales, no es tampoco, una preocupación de mayor orden en estos momentos en que hay una efectiva pérdida de legitimidad de los llamados universales de la cultura, en tanto éstos fueron construidos desde el lugar del poder, es decir, desde el poder y saber colonial, blanco, antropocéntrico y patriarcal, reconociéndose cada vez más, las múltiples mediaciones epistémicas y geopolíticas que determinan la cultura y exigiendo frente ello, su estudio en forma situada y contextualizada ( Mignolo 2003).
Con la advertencia anterior, acerca de la diversidad de perspectivas téoricas, podemos mencionar que la cultura como dimensión del mundo de la vida, con toda la institucionalidad y estética que le es propia, es considerada al mismo tiempo un espacio de disputas, de consensos y conflictos de identidades y de diferencias ( Bhabha 2002), una arena en la que se juega la dinámica del poder, se crean, justifican y ejercen dispositivos de control y disciplinamiento social y donde se levantan las resistencias, un lugar de enunciación de múltiples discursos y producción de significados- hegemónicos y contrahegemónicos -, (Foucault1991,2006) en donde se instalan sistemas de dominación y encasillamiento (Bourdieu 1979 ) y de colonización, un espacio en el que se construyen cuerpos individuales y sociales , se se generan realidades y virtualidades diversas ( García Canclini 2002, Ortiz 1998 ).
La cultura dice García Canclini, “se presenta como procesos sociales y parte de la dificultad de hablar de ella deriva, de que se produce, circula y consume, en la historia social”(2006: 34)
1 Diferentes, desiguales y desconectados: mapas de la intercultualudad pág 29
La cultura, es también, según la conciben los pueblos indígenas, una fuente se saberes milenarios, de enseñanzas ancestrales, de diversos cursos de acción y de alternativas de vida, es una expresión de la cosmovisión, de la relación del ser humano con la naturaleza y el universo.
Estudiar la cultura supone entonces, procesos de investigación tan diversos - e incluso adversos - como actores sociales, espacios, tiempos y visiones del mundo estemos interesados en considerar .
Siendo tan diversa el área de la cultura como objeto de investigación, es la especificidad de los proyectos en sus enfoques, metodologías, precisiones temáticas y reflexiones teóricas, las que irán perfilando poco a poco, en la práctica y en la vivencia de sus investigadores, la manera en que nos vamos acercando, desde dónde y cómo lo hacemos, a los actores y a los problemas sociales.
Por eso antes que describir los proyectos que estamos llevando a cabo dentro de PROCULTURA, yo quisiera aprovechar este espacio para comentar cómo esos proyectos – sus lugares, sus actores, sus tiempos – se integran en nuestras propias vivencias y reflexiones personales como investigadores, marcando nuestras miradas, sensaciones, preocupaciones e intereses individuales y grupales en una relación que va perfilando nuestras identidades como investigadores y construyendo a la vez la identidad y diversidad propia del programa.
Lo excitante del trabajo investigativo no es – entonces - solo el servicio y la proyección de la universidad, consubstancial a nuestras responsabilidades laborales, ni siquiera la fundamental experiencia profesional que se va cargando en las hojas de vida – en nuestro capital social diría Bourdieu - para acceder a nuevos puestos y oportunidades de trabajo, algo nada desprecianble en las prioridades de todo trabajador, especialmente cuando se es joven, como ocurre con los demás compañeros de PROCULTURA.
La aventura de la investigación es facinante en tanto las temáticas que nos ocupan, las experiencias que llenan nuestras agendas y nuestros tiempos, las emociones y las reflexiones que nos animan y las dudas que nos invaden, originadas en el trabajo investigativo, se encarnan también en nosotros edificándonos personal y socialmente. Así la construcción del programa es al mismo tiempo la construcción de su equipo de trabajo. Procultura es lo que somos, hacemos, pensamos y logremos reflexionar juntos, sus investigadores (as).
Notas de la experiencia como vivencia de la investigación.
Durante estos dos años nos hemos ocupado de varias temáticas que si bien fueron de alguna manera perfiladas como intensionalidades desde que se creó el CICDE, es con el avance de nuestras primeros proyectos que empezamos a darles contenidos específicos y situados.
La fenomenología, el materialismo histórico, el análisis del discurso, los estudios de memoria, los estudios subalternos, los estudios poscoloniales, los estudios culturales y la llamada epistemología del sur, son enfoques y vertientes analíticas presentes no solo en las definiciones metodológicas de nuestros proyectos, sino también en la perspectiva con la que pensamos y valoramos nuestras propias experiencias.
Cuatro relatos cortos de las reflexiones acerca de la experiencia vivida por los investigadores del programa durante estos dos años, contribuyen a ofrecer una idea más clara acerca de lo que he mencionado hasta ahora

Julio
“ Cuando hablo de un proyecto, pienso en lo que hacemos todos los días, cuando reímos, deseamos, ideamos logros colectivos hacia las investigaciones que nos competen, donde buscamos colaborar y programar nuestros esfuerzos.
En el caso del proyecto de análisis de discurso sobre la inseguridad fue una experiencia de particular riqueza, para entender los dilemas contemporáneos del estudio de la cultura y sus códigos del poder. Se lograron implementar metodologías innovadoras para analizar los encuadres mentales y los mundos posibles en el discurso de la inseguridad ciudadana, no solo desde el discurso narrativo, sino en audiovisuales e imágenes, lo que permitió un mayor entendimiento de los símbolos y significados de la inseguridad en Costa Rica.
Una nueva y rica aventura fue el diseño del proyecto de convivencia urbana, donde Paulo y yo hemos hecho un gran esfuerzo por crear un dialogo entre los marcos teóricos de la fenomenología, perspectivas críticas sobre la vida cotidiana, en la ciudad. Pero no solo un dialogo analítico, sino el dialogo y la realidad expresada en el espacio (social, comunitario, vecinal), donde se da la articulación de la geografía y la vida cotidiana en la ciudad, el ambiente de las relaciones, la experiencia del habitar la ciudad, los desplazamientos y el uso del espacio público en los barrios.
No podemos olvidar que vivir la ciudad implica ciertas prácticas concretas de los habitantes que incorporan formas de acceder a los espacios, al tiempo, a las relaciones que tienen con sus vecinos, y con ello van creando espacios culturales propios a sus condiciones de vida y a sus subjetividades.
La dinámica del entorno urbano tiene un sentir, introduce en la vida cotidiana un trato permanente y constante con individuos desconocidos. A pesar de ese anonimato, hay lugares y significaciones compartidas, que se manifiestan en la vida y los espacios públicos. Esa es la riqueza de la ciudad, donde las más diversas personas se encuentran y se desencuentran, en un espacio que tiene la potencia positiva a la interculturalidad, de la ciudadanía, y por ello, no es deseable que las ciudades y sus espacios de habitación sean amuralladas, cerradas, segregadas, clasistas, lo que al final de cuentas es la negación pura del bienestar común”.

Paulo
“Mi experiencia en el programa Procultura nace hace apenas un año y dos meses.
Durante este tiempo he estado involucrado en el proyecto de: Representaciones sociales y convivencia urbana en Barrio Cristo Rey y Barrio Escalante ambos de la ciudad de San José.
Para un investigador joven, esta es una oportunidad de aprehender sobre la ciudad, los barrios, San José, su historia, una oportunidad para vivir la polarización, los contrastes del “desarrollo nacional” y cómo estos se han cristalizado es sus barriadas.
Caminar por Barrio Escalante es contemplar la belleza de sus grandes casas con jardines, que nacen de los planos de arquitectos, el orden de sus cuadras, la riqueza de su alta cultura: Teatro de la Aduana, Escuela Nacional de Danza y teatro, Museo Calderón Guardia, centros culturales, universidades, embajadas y restaurantes.
Transitar por Barrio Escalante es sentir una subjetividad de clase, una cultura burguesa que poco a poco decae; decae en el tanto este barrio josefino envejece: y envejece, por que sus habitantes son en su mayoría adultos mayores.
Recuerdo a doña Lily, una mujer de 85 años, que mientras la entrevistaba me decía: “es que antes la gente no era tan individualista, pero los tiempos han cambiando, ya el barrio no es lo mismo, San José ha cambiado”; una mujer que carga en su memoria un sobrevuelo por la historia de más de 80 años, ella es testigo de como el tejido relacional de la sociedad costarricense se ha transformado.
El Barrio Escalante poco a poco muere pero al mismo tiempo nace, esta paradoja se entiende de esta manera: por un lado muere el barrio dormitorio donde las hijas de doña Lily jugaban, me imagino que en el Parque Francia; pero nace otro barrio que empieza a abrazar en su seno bares, oficinas, restaurantes, mezcladas con casas para alquilar.
Por su parte Barrio Cristo Rey, puede sostener hoy con casi toda certeza, que es el barrio más antiguo de la ciudad de San José2; barrio obrero, proletario, de clase baja, cosmopolita diría don Cholo3; este adulto mayor que nos relato a Julio y a mí de las huelgas en las que participó, de la guerra del 48, de la persecución y asesinatos políticos que sufrieron los comunistas costarricenses posteriores a la victoria de Pepe Figueres.
Sus primeras casas son de maderas sin jardines al frente, la puerta de entrada de estas casas, desemboca en la acera justo en la calle. No hay restaurantes sino sodas, pulperías, bazares, talleres mecánicos, una mega iglesia católica que desentona con la hermosa y sencilla estética arquitectónica del barrio.
Pero Barrio Cristo Rey es un espacio urbano con un sótano, este sótano son las gradas, un intertexto urbano marginalizado dentro de un barrio de clase baja. Las gradas no siempre han acompañado al Barrio, este precario nace en 1970.
Ser de Barrio Cristo Rey es cargar un estigma, y la gente lo sabe, pero también saben que lo que se dice del barrio y de su peligrosidad es muchas veces mítico, don Alejandro, yerno de don Cholo, nos relató cómo más de una vez ha tenido que llamar a Canal 74, para explicarles que ese asalto, ese allanamiento por drogas, ese asesinato que informan que pasó en Cristo Rey no sucedió ahí, sino en Barrio Los Ángeles, en Barrio Cuba o en la Carit. Esta barriada históricamente de obreros es perfectamente transitable de día, de noche es algo más “peligrosa” pero mucho de lo que se dice de ella es un juego mítico.
Si en Barrio Escalante los niños ya no juegan, en Barrio Cristo Rey los fines de semana a media mañana, los jóvenes andan en patineta, las y los niños juegan futbol o montan bicicleta. Los domingos huele a vigorón cocinado por los trabajadores nicaragüenses que
2 Este Barrio nace con la estación del Pacífico.
3 Un viejo comunista zapatero cercano a los 90 años y que aun los 1º de mayo sala a marchar, que al igual que doña Lilly, transpira historia.
4 Teletica canal 7 nació en Barrio Cristo Rey, donde ayer estaba las instalaciones de la televisora hoy se encuentra una de las comisarías mas importantes de la Policía. El barrio parece olvidar su largo aliento.
viven en este barrio josefino; esta vecindad josefina, instalada a menos de un kilometro del centro de la capital, esta llena de vida. San José es una ciudad habitada.
Esta es parte de la memoria de un año de trabajo en Procultura una experiencia de intercambio con dos espacios urbanos disímiles en cuanto a lo que contienen social, cultural, política e históricamente, pero de una gran riqueza en cada una de esas dimensiones de su tejido social.
El proyecto y el programa, también ha sido una ocasión para sentir la muerte y vida de la ciudad, muerte y vida producto de la praxis históricas - biográficas de cada uno de los habitantes de esta barriadas insertas en la gran historia del país con sus cambios sociales, políticos y económicos.
Procultura ha sido un espacio para reconocer una pasión cuyo objeto de deseo es la ciudad, un espacio para reconocer la belleza de San José, un lugar y una posibilidad para reivindicar la memoria de una ciudad que muchas veces no habla de la historia que discurrió y discurre aun hoy por sus parques, bulevares, calles y avenidas, aceras pero centralmente, por su barrios”.

Juan
“ Durante el proceso de la investigación sobre la lucha de cedulación indígena se han vivido diversas experiencias relacionados con los tiempos de la investigación y sus significados para cada uno de sus investigadores.
Los tiempos que en dos años de proyecto han llenado de vivencias subjetivas a todo el equipo del proyecto, presenta una experiencia especialmente diferenciada: la del único investigador que no estuvo presente en el proceso de lucha de la cedulación en la década de los 90.
Los 20 años de diferencia entre la lucha de cedulación y su estudio, representa un “tiempo de espera”, para cinco de los seis investigadores del equipo – a quienes identifico como protagonistas y aliados en el momento de la lucha -, mientras que para para mí que me asumo solo como el “investigador no protagonista” el “tiempo de espera” es de apenas 2 años, que es el tiempo entre el inicio y la finalización del proyecto de investigación.
En este entendido, el tiempo interno (Bergson, 1957) de cada integrante de la investigación es vivido de manera distinta de acuerdo con la perspectiva bajo la cual se percibe el “paso del tiempo”.
En el proceso de investigación hay una misma temporalidad para todo el equipo del proyecto, definida por las acciones y tareas que se programan, sin embargo, la vivencia de estas – acciones y tareas - tiene una connotación subjetiva distinta para cada persona resultante de sus responsabilidades particulares dentro del equipo.
La subjetividad-temporal del “investigador no-protagonista” ha tenido un constante movimiento que sin duda ha derivado en un enorme aprendizaje vivencial.
Las temáticas indígenas que se estudian con la activa participación de los ngäbes que dieron la lucha, incluye entonces una previsión de los tiempos del viaje y traslado desde o hacia las comunidades indígenas en relación con los sitios urbanos donde, en este caso,
vive el “investigador no-protagonista”5. Aquí se marca un primer movimiento que determina la subjetividad de este investigador.
Por su rol de asistente al “investigador no protagonista ” le toca coordinar los tiempos de traslado y coordinar con los choferes del transporte de la UNED, con los investigadores indígenas (que deben dedicar un tiempo caminando para salir de sus casas) y con los investigadores protagonistas no-indígenas, para llevar a cabo –mínimo- una reunión mensual, lo cual implica en la mente del “investigador no protagonista”, un cálculo sobre la duración y los tiempos de las giras, los cuales se hallan determinados por factores externos, especialmente la aprobación o no del transporte institucional, pues no es lo mismo viajar en bus que en el carro de la UNED.
Esta duración en el viaje y sus cambios no solo la padece este investigador sino todo el equipo del proyecto y ha provocado que la percepción del tiempo de los viajes a la zona del país y a comunidades ngäbes sea hoy un nuevo saber del “investigador no protagosnista”. Su subjetividad en relación a imaginar la duración hacia la zona Sur del país es hoy diferente de lo que era antes de iniciar el proyecto.
Otra duración que se presenta como nueva experiencia en este investigador, es la relación de los “tiempos naturales” y los “tiempos de trabajo”. El saber urbano e indígena sobre “la duración del día y la noche” se experimentan diferenciados en cada espacio, mientras que en la “noche-urbana” el uso de tecnologías y energía eléctrica es común en la “noche-indígena” la noche se presenta más “directamente vivenciada” (Schütz, 1974) pues el uso de energía eléctrica es menor que en la urbe. Hay entonces otro calculo-temporal sobre la coordinación de los tiempos para investigar. La noche, en las reuniones en la zona-urbana6 suele durar más que en la zona-indígena, donde la duración del día suele alargarse. Sin duda, a 2 años de investigación, el proceso subjetivo de todo el equipo de investigación ha notado la presencia de las múltiples duraciones, como experiencia interna tanto como experiencia compartida”.

Pablo
Participar en esta investigación ha sido todo un reto por ser algo diferente a lo que he hecho. Siempre tuve el sueño de escribir sobre esta lucha por la cedulación, y poder participar en esta investigación fue una experiencia muy enriquecedora, tanto el trabajo grupal, donde estuvimos platicando y recordando esos 20 años que han pasado, así como recorrer de nuevo los territorios; estar con mis hermanos de lucha en sus casas y aprender cómo ellos y ellas, experimentaron esta lucha. Durante las entrevistas mientras recordábamos nos reíamos de ver lo que había pasado y casi ni cuenta nos habíamos dado de lo que hicimos y lo importante que fue.
También me ha parecido muy enriquecedor revisar boletines, cartas, manifiestos, leer documentos que no conocíamos de cosas políticas que pasaron y no las llegamos a conocer en ese momento, donde fuimos totalmente inocentes, pude darme cuenta que a los estados y gobiernos los pueblos indígenas no les interesamos.
Fue muy importante recordar ese proceso que fue de mucho trabajo y lucha incansable, donde no teníamos tiempo solo para la lucha; no me imagino como aguantamos casi un año. También logré descubrir, que habíamos topado con mucha suerte de tener algunos buenos aliados, Iglesias, ONG, amigos individuales, tantos que se
5 Para agilizar la redacción se el “investigador no-protagonista” se resume en “inv-no-pro”.
6 Especialmente cuando se trabaja en la Escuela Gremial del ANDE (EGA) en Belén de Heredia.
nos hace difícil recordar todos sus nombres. El diputado Miguel Ángel Rodríguez, su asesor Rolando, persona que estuvo de la mano con nosotros en esa Asamblea que es un laberinto para que los proyectos se aprueben, y se pudo lograr que ese proyecto lo aprobaran por unanimidad. Solo estando allí se puede saber lo que es sentir la alegría en las barras de la Asamblea Legislativa cuando se aprobó el proyecto, misma alegría que sentí cuando se me dijo que existía la posibilidad de hacer la investigación del proyecto de cedulación por parte de la UNED.
Tengo que decir que la UNED poco a poco ha logrado ir entendiendo nuestras expectativas como pueblos indígenas. Ser parte de un gran equipo como somos los que estamos llevando esta investigación, me ha permitido crecer, poder conocer más y hacer un trabajo en equipo. También en la lucha que llevo actualmente me ha ayudado a poder desplazarme y tener un trabajo, contar con un seguro que para nosotros es muy difícil; sentirse apoyado por la universidad para uno como indígena es muy gratificante y estar en el CICDE, con el jefe Luis Paulino, con la ayuda de Natalia, Juan Antonio, con una coordinadora como doña Xinia y el apoyo del ANDE a través de don Guillermo, hace que uno se sienta muy bien, porque como dije, siempre pensé que este proyecto se debería hacer, aunque nunca creí que nosotros mismos, quienes participamos de ese proceso de lucha seríamos los investigadores, y que además nos pagarían por eso.
No tengo palabras para describir por completo cómo me he sentido; diría que orgulloso, a veces con miedo, tímido, pero sobre todo muy contento de poder estar escribiendo esta lucha, que quedará para la historia, para nuestras nuevas generaciones.
Así mismo, los días que estuvimos grabando el video, que recorrimos los diferentes lugares como la Asamblea, Catedral, Ciudad Neily y los pueblos de Conte Burica, específicamente Santa Rosa y Altos San Antonio, fueron momentos muy agradables que fueron posibles por ser parte del equipo de investigación.
Quiero decir que académicamente no soy investigador, pero el habernos dado esta oportunidad me hace creer en que sí podemos hacer estos trabajos, sobre todo porque han sido procesos que nosotros vivimos, son nuestras luchas y queremos demostrar a los Gobiernos que somos diferentes y que merecemos un trato diferenciado.
Por último, al participar como investigador, creo que la UNED nos reconoce nuestros derechos como pueblos milenarios, por lo que espero que cuando este proyecto quede concluido, sea todo un éxito y podamos desarrollar otros más, ya que se hace necesario seguir investigando y escribiendo nuestras luchas y nuestros procesos, desde nuestras propias experiencias vividas, desde nuestras palabras y nuestras voces.
Proyectos específicos: estudios situados
Como puede observarse, con los proyectos en curso, nos hemos adentrado ya, en interesantes reflexiones, sobre el cambio cultural en la ciudad, el cual se origina entre una y otra generación de pobladores, entre lo público y lo privado, entre mujeres y hombres, mediados como están por la reconfiguración que ha hecho del espacio urbano y del tiempo presente, la economía, la tecnología, las migraciones, la acción del estado y también la ausencia del estado; es decir, por esas grandes tendencias que al abstraerlas se observan números, tablas, cuadros, curvas y gráficos y que al concretarlas, se tornan mujeres, hombres, niñas, adolescentes, calles, alimentos, casas, bares, empleos, sonidos y olores.
La investigación nos ha empezado a llevar por los intersticios de la convivencia y la desconvivencia, por las expresiones de lo local y lo global, del pasado y del presente, del adentro y el afuera, que en el mundo de la vida cotidiana discurren como complejas interrelaciones y múltiples narrativas y construcciones simbólicas que se articulan y hacen de cada barrio, un espacio único, un “entre medio” en el que se crean identidades particulares ( Bhabha 2002) dentro del plano aparentemente homogeneo de la ciudad.
También nos hemos acercado de varias maneras a los intereses de los pueblos indígenas, quienes plantean verdaderos desafíos a las ciencias sociales y a las universidades.
Pensar la realidad desde otra parte, desde otra matriz civilizatoria, desde otro proyecto político, desde una modernidad “otra”, que construya la unidad a partir de la diversidad e integre las diferencias, no como inclusión subordinada, sino como democracia cultural, implica mirar críticamente las históricas y racializadas relaciones entre el Estado y los Pueblos Indígenas y entre el saber científico moderno y el saber milenario de estos pueblos.
Supone ante todo, como lo afirma repetidamente Boaventura de Sousa Santos( 2009 ) , repensar, reconstituir y crear los sustantivos con los que analizamos la realidad, pues asistimos a una especie de implosión del paradigma occidental, en donde las teorías, las metodologías y los supuestos epistémicos que han orientado por años el trabajo de investigación científica y labor teórica, parecen divorciarse y carecer de validez para comprender el cambio histórico y para construir nuevos horizontes de sentido, frente a la crisis global que nos caracteriza hoy día.
Los Pueblos Indígenas- sus sabios, líderes y pensadores – junto con algunos intelectuales latinoamericanos, han contribuido grandemente a cuestionar y resignificar conceptos hegemónicos como los de desarrollo, derechos, naturaleza, espiritualidad, vida, estado, sociedad, interculturalidad, comunidad, gobierno y poder.
En este escenario, los estudios históricos y de la memoria para recuperar las experiencias políticas, los estudios del territorio y la geopolítica, la reconceptualización de la interculturalidad más allás del reconocimiento y respeto de las diferencias, son exigencias investigativas para un programa como el nuestro.
Identificar nuevos temas y proyectos pasa necesariamente en nuestro caso, por atender los temas de investigación que reclaman los propios indígenas; pasa también por la incorporación plena de sus miembros en los equipos de trabajo y ante todo pasa, por la concptualización de la realidad desde otro esquema de valores, desde otros horizontes de futuro, no occidentales.
De esta manera el programa de Cultura local- comunitaria y sociedad global del CICDE –UNED, ha empezado a dar ya sus primeros pasos como programa de investigación, los temas de ciudad y los temas relacionados a los Pueblos Indígenas, no solo son pioneros sino también prioritarios, junto con los temas de seguridad ciudadana, la violencia y el ejercicio del poder en sus múltiples expresiones.
Para esto uno de nuestros mayores desafíos es la construcción misma de nuestro equipo de investigación, los procesos transdisciplinarios e interculturales que logremos desarrollar y el diálogo académico e interaprendizaje para construir el programa.



Xinia Zúñiga Muñoz,  xinia.ziga@gmail.com 
Julio Solís Moreira, smjulio@gmail.com
Paulo Coto Murillo,
Juan  Antonio Gutiérrez, juanguts@gmail.com
Pablo Sivas Sivas, psibar2008@gmail.com


UNED-CICDE-PROCULTURA




Bibliografía

- Arostegui, Julio (2004). Historia vivida: sobre la historia del presente. Editorial Alianza Ensayo, Madrid.
- Bergson, Henri (1957) 2004). Memoria y vida. Textos escogidos por Gilles Deleuze. Alianza Editorial serie de Libros de Bolsillo, Madrid.
- Bourdieu( )La distinción.Criterio y bases sociales del gusto. Taurus.
- Bhahba Homi(2002) El lugar de la cultura. Ediciones Manantial SRL Buenos Aires.http://asodea.files.wordpress.com/2009/09/bhabha-homi-el-lugar-de-la-cultura.pdf.
- De Sousa Santos Boaventura (2009 ) Epistemología del sur. CLACSO – Siglo XXI Coediciones.México
- Foucault Michel(1991) Historia de la sexualidad. La voluntad de saber. Siglo XXI Editores.México
- Foucault Michel(2006) Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión. Siglo XXI Editores. Argentina
- García Canclini Néstor( 2006 ) Diferentes, desiguales y desconectados. Mapas de la interculturalidad, gedisa editorial. España.
- García Canclini Néstor( 2002) La globalización imaginada. Paidos Estado y Sociedad.
- Mignolo, Walter(2003)Historias locales/ diseños globales.Colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo. Ediciones Akal SA.Madrid
- Ortiz Renato (1988) Otro territorio.Convenio Andrés Bello. Santa Fé de Bogotá
-
-

No hay comentarios:

Publicar un comentario