miércoles, 27 de febrero de 2013

Ponencia del PROCULTURA, en el Ier Seminario CICDE, setiembre 2012





La investigación de la cultura como experiencia vivida.



“Hace décadas que quienes estudian la cultura
experimentan el vértigo de las imprecisiones”
Néstor García Canclini1



Dos ideas generales me interesa plantear, la primera es que la temática del programa, constituye una fuente de diversidades y complejidades investigativas.
La otra idea relacionada es que la constitución del programa es mucho más que el desarrollo de sus proyectos específicos porque supone un proceso de interaprendizaje que es también un proceso intersubjetivo entre nosotros y con los sujetos de nuestras investigaciones, de manera que la experiencia de hacer investigación es al mismo tiempo la experiencia que nos forma como investigadores y como programa de investigación.
El emocionante y difuso objeto de estudio del programa
Investigar la cultura es aventurarse a estudiar algo que ha sido definido de múltiples maneras o lo que es lo mismo, no ha sido definida del todo.
Definir la cultura en términos generales, no es tampoco, una preocupación de mayor orden en estos momentos en que hay una efectiva pérdida de legitimidad de los llamados universales de la cultura, en tanto éstos fueron construidos desde el lugar del poder, es decir, desde el poder y saber colonial, blanco, antropocéntrico y patriarcal, reconociéndose cada vez más, las múltiples mediaciones epistémicas y geopolíticas que determinan la cultura y exigiendo frente ello, su estudio en forma situada y contextualizada ( Mignolo 2003).
Con la advertencia anterior, acerca de la diversidad de perspectivas téoricas, podemos mencionar que la cultura como dimensión del mundo de la vida, con toda la institucionalidad y estética que le es propia, es considerada al mismo tiempo un espacio de disputas, de consensos y conflictos de identidades y de diferencias ( Bhabha 2002), una arena en la que se juega la dinámica del poder, se crean, justifican y ejercen dispositivos de control y disciplinamiento social y donde se levantan las resistencias, un lugar de enunciación de múltiples discursos y producción de significados- hegemónicos y contrahegemónicos -, (Foucault1991,2006) en donde se instalan sistemas de dominación y encasillamiento (Bourdieu 1979 ) y de colonización, un espacio en el que se construyen cuerpos individuales y sociales , se se generan realidades y virtualidades diversas ( García Canclini 2002, Ortiz 1998 ).
La cultura dice García Canclini, “se presenta como procesos sociales y parte de la dificultad de hablar de ella deriva, de que se produce, circula y consume, en la historia social”(2006: 34)
1 Diferentes, desiguales y desconectados: mapas de la intercultualudad pág 29
La cultura, es también, según la conciben los pueblos indígenas, una fuente se saberes milenarios, de enseñanzas ancestrales, de diversos cursos de acción y de alternativas de vida, es una expresión de la cosmovisión, de la relación del ser humano con la naturaleza y el universo.
Estudiar la cultura supone entonces, procesos de investigación tan diversos - e incluso adversos - como actores sociales, espacios, tiempos y visiones del mundo estemos interesados en considerar .
Siendo tan diversa el área de la cultura como objeto de investigación, es la especificidad de los proyectos en sus enfoques, metodologías, precisiones temáticas y reflexiones teóricas, las que irán perfilando poco a poco, en la práctica y en la vivencia de sus investigadores, la manera en que nos vamos acercando, desde dónde y cómo lo hacemos, a los actores y a los problemas sociales.
Por eso antes que describir los proyectos que estamos llevando a cabo dentro de PROCULTURA, yo quisiera aprovechar este espacio para comentar cómo esos proyectos – sus lugares, sus actores, sus tiempos – se integran en nuestras propias vivencias y reflexiones personales como investigadores, marcando nuestras miradas, sensaciones, preocupaciones e intereses individuales y grupales en una relación que va perfilando nuestras identidades como investigadores y construyendo a la vez la identidad y diversidad propia del programa.
Lo excitante del trabajo investigativo no es – entonces - solo el servicio y la proyección de la universidad, consubstancial a nuestras responsabilidades laborales, ni siquiera la fundamental experiencia profesional que se va cargando en las hojas de vida – en nuestro capital social diría Bourdieu - para acceder a nuevos puestos y oportunidades de trabajo, algo nada desprecianble en las prioridades de todo trabajador, especialmente cuando se es joven, como ocurre con los demás compañeros de PROCULTURA.
La aventura de la investigación es facinante en tanto las temáticas que nos ocupan, las experiencias que llenan nuestras agendas y nuestros tiempos, las emociones y las reflexiones que nos animan y las dudas que nos invaden, originadas en el trabajo investigativo, se encarnan también en nosotros edificándonos personal y socialmente. Así la construcción del programa es al mismo tiempo la construcción de su equipo de trabajo. Procultura es lo que somos, hacemos, pensamos y logremos reflexionar juntos, sus investigadores (as).
Notas de la experiencia como vivencia de la investigación.
Durante estos dos años nos hemos ocupado de varias temáticas que si bien fueron de alguna manera perfiladas como intensionalidades desde que se creó el CICDE, es con el avance de nuestras primeros proyectos que empezamos a darles contenidos específicos y situados.
La fenomenología, el materialismo histórico, el análisis del discurso, los estudios de memoria, los estudios subalternos, los estudios poscoloniales, los estudios culturales y la llamada epistemología del sur, son enfoques y vertientes analíticas presentes no solo en las definiciones metodológicas de nuestros proyectos, sino también en la perspectiva con la que pensamos y valoramos nuestras propias experiencias.
Cuatro relatos cortos de las reflexiones acerca de la experiencia vivida por los investigadores del programa durante estos dos años, contribuyen a ofrecer una idea más clara acerca de lo que he mencionado hasta ahora

Julio
“ Cuando hablo de un proyecto, pienso en lo que hacemos todos los días, cuando reímos, deseamos, ideamos logros colectivos hacia las investigaciones que nos competen, donde buscamos colaborar y programar nuestros esfuerzos.
En el caso del proyecto de análisis de discurso sobre la inseguridad fue una experiencia de particular riqueza, para entender los dilemas contemporáneos del estudio de la cultura y sus códigos del poder. Se lograron implementar metodologías innovadoras para analizar los encuadres mentales y los mundos posibles en el discurso de la inseguridad ciudadana, no solo desde el discurso narrativo, sino en audiovisuales e imágenes, lo que permitió un mayor entendimiento de los símbolos y significados de la inseguridad en Costa Rica.
Una nueva y rica aventura fue el diseño del proyecto de convivencia urbana, donde Paulo y yo hemos hecho un gran esfuerzo por crear un dialogo entre los marcos teóricos de la fenomenología, perspectivas críticas sobre la vida cotidiana, en la ciudad. Pero no solo un dialogo analítico, sino el dialogo y la realidad expresada en el espacio (social, comunitario, vecinal), donde se da la articulación de la geografía y la vida cotidiana en la ciudad, el ambiente de las relaciones, la experiencia del habitar la ciudad, los desplazamientos y el uso del espacio público en los barrios.
No podemos olvidar que vivir la ciudad implica ciertas prácticas concretas de los habitantes que incorporan formas de acceder a los espacios, al tiempo, a las relaciones que tienen con sus vecinos, y con ello van creando espacios culturales propios a sus condiciones de vida y a sus subjetividades.
La dinámica del entorno urbano tiene un sentir, introduce en la vida cotidiana un trato permanente y constante con individuos desconocidos. A pesar de ese anonimato, hay lugares y significaciones compartidas, que se manifiestan en la vida y los espacios públicos. Esa es la riqueza de la ciudad, donde las más diversas personas se encuentran y se desencuentran, en un espacio que tiene la potencia positiva a la interculturalidad, de la ciudadanía, y por ello, no es deseable que las ciudades y sus espacios de habitación sean amuralladas, cerradas, segregadas, clasistas, lo que al final de cuentas es la negación pura del bienestar común”.

Paulo
“Mi experiencia en el programa Procultura nace hace apenas un año y dos meses.
Durante este tiempo he estado involucrado en el proyecto de: Representaciones sociales y convivencia urbana en Barrio Cristo Rey y Barrio Escalante ambos de la ciudad de San José.
Para un investigador joven, esta es una oportunidad de aprehender sobre la ciudad, los barrios, San José, su historia, una oportunidad para vivir la polarización, los contrastes del “desarrollo nacional” y cómo estos se han cristalizado es sus barriadas.
Caminar por Barrio Escalante es contemplar la belleza de sus grandes casas con jardines, que nacen de los planos de arquitectos, el orden de sus cuadras, la riqueza de su alta cultura: Teatro de la Aduana, Escuela Nacional de Danza y teatro, Museo Calderón Guardia, centros culturales, universidades, embajadas y restaurantes.
Transitar por Barrio Escalante es sentir una subjetividad de clase, una cultura burguesa que poco a poco decae; decae en el tanto este barrio josefino envejece: y envejece, por que sus habitantes son en su mayoría adultos mayores.
Recuerdo a doña Lily, una mujer de 85 años, que mientras la entrevistaba me decía: “es que antes la gente no era tan individualista, pero los tiempos han cambiando, ya el barrio no es lo mismo, San José ha cambiado”; una mujer que carga en su memoria un sobrevuelo por la historia de más de 80 años, ella es testigo de como el tejido relacional de la sociedad costarricense se ha transformado.
El Barrio Escalante poco a poco muere pero al mismo tiempo nace, esta paradoja se entiende de esta manera: por un lado muere el barrio dormitorio donde las hijas de doña Lily jugaban, me imagino que en el Parque Francia; pero nace otro barrio que empieza a abrazar en su seno bares, oficinas, restaurantes, mezcladas con casas para alquilar.
Por su parte Barrio Cristo Rey, puede sostener hoy con casi toda certeza, que es el barrio más antiguo de la ciudad de San José2; barrio obrero, proletario, de clase baja, cosmopolita diría don Cholo3; este adulto mayor que nos relato a Julio y a mí de las huelgas en las que participó, de la guerra del 48, de la persecución y asesinatos políticos que sufrieron los comunistas costarricenses posteriores a la victoria de Pepe Figueres.
Sus primeras casas son de maderas sin jardines al frente, la puerta de entrada de estas casas, desemboca en la acera justo en la calle. No hay restaurantes sino sodas, pulperías, bazares, talleres mecánicos, una mega iglesia católica que desentona con la hermosa y sencilla estética arquitectónica del barrio.
Pero Barrio Cristo Rey es un espacio urbano con un sótano, este sótano son las gradas, un intertexto urbano marginalizado dentro de un barrio de clase baja. Las gradas no siempre han acompañado al Barrio, este precario nace en 1970.
Ser de Barrio Cristo Rey es cargar un estigma, y la gente lo sabe, pero también saben que lo que se dice del barrio y de su peligrosidad es muchas veces mítico, don Alejandro, yerno de don Cholo, nos relató cómo más de una vez ha tenido que llamar a Canal 74, para explicarles que ese asalto, ese allanamiento por drogas, ese asesinato que informan que pasó en Cristo Rey no sucedió ahí, sino en Barrio Los Ángeles, en Barrio Cuba o en la Carit. Esta barriada históricamente de obreros es perfectamente transitable de día, de noche es algo más “peligrosa” pero mucho de lo que se dice de ella es un juego mítico.
Si en Barrio Escalante los niños ya no juegan, en Barrio Cristo Rey los fines de semana a media mañana, los jóvenes andan en patineta, las y los niños juegan futbol o montan bicicleta. Los domingos huele a vigorón cocinado por los trabajadores nicaragüenses que
2 Este Barrio nace con la estación del Pacífico.
3 Un viejo comunista zapatero cercano a los 90 años y que aun los 1º de mayo sala a marchar, que al igual que doña Lilly, transpira historia.
4 Teletica canal 7 nació en Barrio Cristo Rey, donde ayer estaba las instalaciones de la televisora hoy se encuentra una de las comisarías mas importantes de la Policía. El barrio parece olvidar su largo aliento.
viven en este barrio josefino; esta vecindad josefina, instalada a menos de un kilometro del centro de la capital, esta llena de vida. San José es una ciudad habitada.
Esta es parte de la memoria de un año de trabajo en Procultura una experiencia de intercambio con dos espacios urbanos disímiles en cuanto a lo que contienen social, cultural, política e históricamente, pero de una gran riqueza en cada una de esas dimensiones de su tejido social.
El proyecto y el programa, también ha sido una ocasión para sentir la muerte y vida de la ciudad, muerte y vida producto de la praxis históricas - biográficas de cada uno de los habitantes de esta barriadas insertas en la gran historia del país con sus cambios sociales, políticos y económicos.
Procultura ha sido un espacio para reconocer una pasión cuyo objeto de deseo es la ciudad, un espacio para reconocer la belleza de San José, un lugar y una posibilidad para reivindicar la memoria de una ciudad que muchas veces no habla de la historia que discurrió y discurre aun hoy por sus parques, bulevares, calles y avenidas, aceras pero centralmente, por su barrios”.

Juan
“ Durante el proceso de la investigación sobre la lucha de cedulación indígena se han vivido diversas experiencias relacionados con los tiempos de la investigación y sus significados para cada uno de sus investigadores.
Los tiempos que en dos años de proyecto han llenado de vivencias subjetivas a todo el equipo del proyecto, presenta una experiencia especialmente diferenciada: la del único investigador que no estuvo presente en el proceso de lucha de la cedulación en la década de los 90.
Los 20 años de diferencia entre la lucha de cedulación y su estudio, representa un “tiempo de espera”, para cinco de los seis investigadores del equipo – a quienes identifico como protagonistas y aliados en el momento de la lucha -, mientras que para para mí que me asumo solo como el “investigador no protagonista” el “tiempo de espera” es de apenas 2 años, que es el tiempo entre el inicio y la finalización del proyecto de investigación.
En este entendido, el tiempo interno (Bergson, 1957) de cada integrante de la investigación es vivido de manera distinta de acuerdo con la perspectiva bajo la cual se percibe el “paso del tiempo”.
En el proceso de investigación hay una misma temporalidad para todo el equipo del proyecto, definida por las acciones y tareas que se programan, sin embargo, la vivencia de estas – acciones y tareas - tiene una connotación subjetiva distinta para cada persona resultante de sus responsabilidades particulares dentro del equipo.
La subjetividad-temporal del “investigador no-protagonista” ha tenido un constante movimiento que sin duda ha derivado en un enorme aprendizaje vivencial.
Las temáticas indígenas que se estudian con la activa participación de los ngäbes que dieron la lucha, incluye entonces una previsión de los tiempos del viaje y traslado desde o hacia las comunidades indígenas en relación con los sitios urbanos donde, en este caso,
vive el “investigador no-protagonista”5. Aquí se marca un primer movimiento que determina la subjetividad de este investigador.
Por su rol de asistente al “investigador no protagonista ” le toca coordinar los tiempos de traslado y coordinar con los choferes del transporte de la UNED, con los investigadores indígenas (que deben dedicar un tiempo caminando para salir de sus casas) y con los investigadores protagonistas no-indígenas, para llevar a cabo –mínimo- una reunión mensual, lo cual implica en la mente del “investigador no protagonista”, un cálculo sobre la duración y los tiempos de las giras, los cuales se hallan determinados por factores externos, especialmente la aprobación o no del transporte institucional, pues no es lo mismo viajar en bus que en el carro de la UNED.
Esta duración en el viaje y sus cambios no solo la padece este investigador sino todo el equipo del proyecto y ha provocado que la percepción del tiempo de los viajes a la zona del país y a comunidades ngäbes sea hoy un nuevo saber del “investigador no protagosnista”. Su subjetividad en relación a imaginar la duración hacia la zona Sur del país es hoy diferente de lo que era antes de iniciar el proyecto.
Otra duración que se presenta como nueva experiencia en este investigador, es la relación de los “tiempos naturales” y los “tiempos de trabajo”. El saber urbano e indígena sobre “la duración del día y la noche” se experimentan diferenciados en cada espacio, mientras que en la “noche-urbana” el uso de tecnologías y energía eléctrica es común en la “noche-indígena” la noche se presenta más “directamente vivenciada” (Schütz, 1974) pues el uso de energía eléctrica es menor que en la urbe. Hay entonces otro calculo-temporal sobre la coordinación de los tiempos para investigar. La noche, en las reuniones en la zona-urbana6 suele durar más que en la zona-indígena, donde la duración del día suele alargarse. Sin duda, a 2 años de investigación, el proceso subjetivo de todo el equipo de investigación ha notado la presencia de las múltiples duraciones, como experiencia interna tanto como experiencia compartida”.

Pablo
Participar en esta investigación ha sido todo un reto por ser algo diferente a lo que he hecho. Siempre tuve el sueño de escribir sobre esta lucha por la cedulación, y poder participar en esta investigación fue una experiencia muy enriquecedora, tanto el trabajo grupal, donde estuvimos platicando y recordando esos 20 años que han pasado, así como recorrer de nuevo los territorios; estar con mis hermanos de lucha en sus casas y aprender cómo ellos y ellas, experimentaron esta lucha. Durante las entrevistas mientras recordábamos nos reíamos de ver lo que había pasado y casi ni cuenta nos habíamos dado de lo que hicimos y lo importante que fue.
También me ha parecido muy enriquecedor revisar boletines, cartas, manifiestos, leer documentos que no conocíamos de cosas políticas que pasaron y no las llegamos a conocer en ese momento, donde fuimos totalmente inocentes, pude darme cuenta que a los estados y gobiernos los pueblos indígenas no les interesamos.
Fue muy importante recordar ese proceso que fue de mucho trabajo y lucha incansable, donde no teníamos tiempo solo para la lucha; no me imagino como aguantamos casi un año. También logré descubrir, que habíamos topado con mucha suerte de tener algunos buenos aliados, Iglesias, ONG, amigos individuales, tantos que se
5 Para agilizar la redacción se el “investigador no-protagonista” se resume en “inv-no-pro”.
6 Especialmente cuando se trabaja en la Escuela Gremial del ANDE (EGA) en Belén de Heredia.
nos hace difícil recordar todos sus nombres. El diputado Miguel Ángel Rodríguez, su asesor Rolando, persona que estuvo de la mano con nosotros en esa Asamblea que es un laberinto para que los proyectos se aprueben, y se pudo lograr que ese proyecto lo aprobaran por unanimidad. Solo estando allí se puede saber lo que es sentir la alegría en las barras de la Asamblea Legislativa cuando se aprobó el proyecto, misma alegría que sentí cuando se me dijo que existía la posibilidad de hacer la investigación del proyecto de cedulación por parte de la UNED.
Tengo que decir que la UNED poco a poco ha logrado ir entendiendo nuestras expectativas como pueblos indígenas. Ser parte de un gran equipo como somos los que estamos llevando esta investigación, me ha permitido crecer, poder conocer más y hacer un trabajo en equipo. También en la lucha que llevo actualmente me ha ayudado a poder desplazarme y tener un trabajo, contar con un seguro que para nosotros es muy difícil; sentirse apoyado por la universidad para uno como indígena es muy gratificante y estar en el CICDE, con el jefe Luis Paulino, con la ayuda de Natalia, Juan Antonio, con una coordinadora como doña Xinia y el apoyo del ANDE a través de don Guillermo, hace que uno se sienta muy bien, porque como dije, siempre pensé que este proyecto se debería hacer, aunque nunca creí que nosotros mismos, quienes participamos de ese proceso de lucha seríamos los investigadores, y que además nos pagarían por eso.
No tengo palabras para describir por completo cómo me he sentido; diría que orgulloso, a veces con miedo, tímido, pero sobre todo muy contento de poder estar escribiendo esta lucha, que quedará para la historia, para nuestras nuevas generaciones.
Así mismo, los días que estuvimos grabando el video, que recorrimos los diferentes lugares como la Asamblea, Catedral, Ciudad Neily y los pueblos de Conte Burica, específicamente Santa Rosa y Altos San Antonio, fueron momentos muy agradables que fueron posibles por ser parte del equipo de investigación.
Quiero decir que académicamente no soy investigador, pero el habernos dado esta oportunidad me hace creer en que sí podemos hacer estos trabajos, sobre todo porque han sido procesos que nosotros vivimos, son nuestras luchas y queremos demostrar a los Gobiernos que somos diferentes y que merecemos un trato diferenciado.
Por último, al participar como investigador, creo que la UNED nos reconoce nuestros derechos como pueblos milenarios, por lo que espero que cuando este proyecto quede concluido, sea todo un éxito y podamos desarrollar otros más, ya que se hace necesario seguir investigando y escribiendo nuestras luchas y nuestros procesos, desde nuestras propias experiencias vividas, desde nuestras palabras y nuestras voces.
Proyectos específicos: estudios situados
Como puede observarse, con los proyectos en curso, nos hemos adentrado ya, en interesantes reflexiones, sobre el cambio cultural en la ciudad, el cual se origina entre una y otra generación de pobladores, entre lo público y lo privado, entre mujeres y hombres, mediados como están por la reconfiguración que ha hecho del espacio urbano y del tiempo presente, la economía, la tecnología, las migraciones, la acción del estado y también la ausencia del estado; es decir, por esas grandes tendencias que al abstraerlas se observan números, tablas, cuadros, curvas y gráficos y que al concretarlas, se tornan mujeres, hombres, niñas, adolescentes, calles, alimentos, casas, bares, empleos, sonidos y olores.
La investigación nos ha empezado a llevar por los intersticios de la convivencia y la desconvivencia, por las expresiones de lo local y lo global, del pasado y del presente, del adentro y el afuera, que en el mundo de la vida cotidiana discurren como complejas interrelaciones y múltiples narrativas y construcciones simbólicas que se articulan y hacen de cada barrio, un espacio único, un “entre medio” en el que se crean identidades particulares ( Bhabha 2002) dentro del plano aparentemente homogeneo de la ciudad.
También nos hemos acercado de varias maneras a los intereses de los pueblos indígenas, quienes plantean verdaderos desafíos a las ciencias sociales y a las universidades.
Pensar la realidad desde otra parte, desde otra matriz civilizatoria, desde otro proyecto político, desde una modernidad “otra”, que construya la unidad a partir de la diversidad e integre las diferencias, no como inclusión subordinada, sino como democracia cultural, implica mirar críticamente las históricas y racializadas relaciones entre el Estado y los Pueblos Indígenas y entre el saber científico moderno y el saber milenario de estos pueblos.
Supone ante todo, como lo afirma repetidamente Boaventura de Sousa Santos( 2009 ) , repensar, reconstituir y crear los sustantivos con los que analizamos la realidad, pues asistimos a una especie de implosión del paradigma occidental, en donde las teorías, las metodologías y los supuestos epistémicos que han orientado por años el trabajo de investigación científica y labor teórica, parecen divorciarse y carecer de validez para comprender el cambio histórico y para construir nuevos horizontes de sentido, frente a la crisis global que nos caracteriza hoy día.
Los Pueblos Indígenas- sus sabios, líderes y pensadores – junto con algunos intelectuales latinoamericanos, han contribuido grandemente a cuestionar y resignificar conceptos hegemónicos como los de desarrollo, derechos, naturaleza, espiritualidad, vida, estado, sociedad, interculturalidad, comunidad, gobierno y poder.
En este escenario, los estudios históricos y de la memoria para recuperar las experiencias políticas, los estudios del territorio y la geopolítica, la reconceptualización de la interculturalidad más allás del reconocimiento y respeto de las diferencias, son exigencias investigativas para un programa como el nuestro.
Identificar nuevos temas y proyectos pasa necesariamente en nuestro caso, por atender los temas de investigación que reclaman los propios indígenas; pasa también por la incorporación plena de sus miembros en los equipos de trabajo y ante todo pasa, por la concptualización de la realidad desde otro esquema de valores, desde otros horizontes de futuro, no occidentales.
De esta manera el programa de Cultura local- comunitaria y sociedad global del CICDE –UNED, ha empezado a dar ya sus primeros pasos como programa de investigación, los temas de ciudad y los temas relacionados a los Pueblos Indígenas, no solo son pioneros sino también prioritarios, junto con los temas de seguridad ciudadana, la violencia y el ejercicio del poder en sus múltiples expresiones.
Para esto uno de nuestros mayores desafíos es la construcción misma de nuestro equipo de investigación, los procesos transdisciplinarios e interculturales que logremos desarrollar y el diálogo académico e interaprendizaje para construir el programa.



Xinia Zúñiga Muñoz,  xinia.ziga@gmail.com 
Julio Solís Moreira, smjulio@gmail.com
Paulo Coto Murillo,
Juan  Antonio Gutiérrez, juanguts@gmail.com
Pablo Sivas Sivas, psibar2008@gmail.com


UNED-CICDE-PROCULTURA




Bibliografía

- Arostegui, Julio (2004). Historia vivida: sobre la historia del presente. Editorial Alianza Ensayo, Madrid.
- Bergson, Henri (1957) 2004). Memoria y vida. Textos escogidos por Gilles Deleuze. Alianza Editorial serie de Libros de Bolsillo, Madrid.
- Bourdieu( )La distinción.Criterio y bases sociales del gusto. Taurus.
- Bhahba Homi(2002) El lugar de la cultura. Ediciones Manantial SRL Buenos Aires.http://asodea.files.wordpress.com/2009/09/bhabha-homi-el-lugar-de-la-cultura.pdf.
- De Sousa Santos Boaventura (2009 ) Epistemología del sur. CLACSO – Siglo XXI Coediciones.México
- Foucault Michel(1991) Historia de la sexualidad. La voluntad de saber. Siglo XXI Editores.México
- Foucault Michel(2006) Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión. Siglo XXI Editores. Argentina
- García Canclini Néstor( 2006 ) Diferentes, desiguales y desconectados. Mapas de la interculturalidad, gedisa editorial. España.
- García Canclini Néstor( 2002) La globalización imaginada. Paidos Estado y Sociedad.
- Mignolo, Walter(2003)Historias locales/ diseños globales.Colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo. Ediciones Akal SA.Madrid
- Ortiz Renato (1988) Otro territorio.Convenio Andrés Bello. Santa Fé de Bogotá
-
-

lunes, 28 de mayo de 2012

Expediente Legislativo No. 14 352, Proyecto de Ley de Desarrollo Autónomo de los Pueblos Indígenas


 Proyecto de Ley de Desarrollo Autónomo de los Pueblos Indígenas, Expediente Legislativo No. 14.352
Xinia Zúñiga Muñoz
¿Cuál es el contenido y la relevancia de este proyecto?  ¿Qué cambios supone, a quiénes beneficia y a quiénes amenaza?

  1. ALCANCES SOCIOCULTURALES  Y POLÍTICOS DEL PROYECTO DE LEY
    1. Un cambio en la concepción y práctica del estado
Este proyecto de ley es el resultado de un largo proceso de por lo menos 15 años de discusión en los que, distintos gobiernos y legislaturas costarricenses, han manifestado interés por atender las demandas de los Pueblos Indígenas costarricenses, amparadas en el marco jurídico internacional y en las leyes nacionales que reconocen su condición diferenciada como pueblos con culturas  y con derechos propios, y cuya observancia se concentra en la exigibilidad de los siguientes derechos, todos incluidos en el proyecto de ley, destacados en el estudio técnico elaborado por el departamento especializado de la Asamblea Legislativa (2009), que los  resume de la siguiente manera:
“- Autodeterminación: incluye el derecho y el poder de los pueblos indígenas a negociar con los estados en igualdad de condiciones los mecanismos que gobernarán las relaciones entre ellos.  El derecho de autodeterminación indica que todas las personas pueden libremente determinar su status político y libremente buscar su desarrollo económico, social y cultural.
Respeto de sus derechos: políticos, sociales, económicos y culturales, por la autodeterminación y búsqueda de estilos propios de vida, entre estos:

·         Derecho de propiedad comunal de tierras y territorios.
·         Derechos de autodeterminación.
·         Derecho a ejercer el derecho consuetudinario de acuerdo con sus prácticas sociales y culturales.
·         Derecho a ser representados legal y políticamente por medio de sus propias instituciones.
·         Derecho a controlar la propiedad del conocimiento tradicional.

-       Reconocimiento de su derecho consuetudinario: implica el reconocimiento e incorporación dentro de la legislación nacional de sus normas consuetudinarias.

-       Consentimiento informado previo: es el consentimiento que deben otorgar las comunidades indígenas en relación con la protección del conocimiento tradicional y plantas medicinales y el derecho de determinar medidas para su desarrollo.
-       Derechos humanos: derechos contra la discriminación, la opresión, el derecho a la vida y a la libertad.
-       Derechos culturales: derecho de expresar y tener culturas diferentes, derecho a la religión, lengua, acceso a sitios sagrados y prácticas religiosas.”( Asamblea Legislativa 2009:4  )

Según  ese mismo informe técnico de la  Asamblea Legislativa,  el texto de ley en estudio pretende:
  • “Establecer el desarrollo autónomo de los pueblos indígenas, de acuerdo con la Constitución Política, los convenios internacionales adoptados por el Estado y la legislación vigente.
  • El reconocimiento de la autonomía plena de los pueblos indígenas y su derecho a reivindicar sus culturas, costumbres y cosmovisión de la vida.
  • Regular y establecer las relaciones entre las comunidades indígenas y el Estado costarricense.”(Idem:1)
El texto del proyecto consta de catorce capítulos que conforman el marco jurídico, los cuales se refieren a: la autonomía de los pueblos indígenas, al desarrollo sostenible, la propiedad y tenencia de la tierra en los territorios indígenas; la medicina natural y servicios de salud; la educación pluricultural; viviendas, caminos, medio ambiente en territorio indígena; la creación de un Fondo Nacional de Desarrollo Indígena y su Sistema de Crédito, las Asambleas de la Comunidad Indígena del Territorio. al Comité Electoral, .los Consejos Indígenas Territoriales. los Congresos Nacionales Indígenas. el Derecho Consuetudinario Indígena, .los Asuntos Internacionales, Disposiciones Generales  y Disposiciones Transitorias.( Idem :1)

Lo anterior significa, en otras palabras, que este proyecto representa un nivel de aplicación en el ámbito interno, de los compromisos adquiridos por nuestro país como firmante de los Convenios, Convenciones y Tratados internacionales relacionados con los Pueblos Indígenas. Además, de acuerdo con manifestaciones de líderes indígenas y especialistas en derecho indígena[1], este marco normativo internacional le permite a este proyecto, mantener validez y actualidad y le confieren una gran fuerza política e institucional, pues, desde ese punto de vista, no propone nada nuevo o diferente a las obligaciones ya contraídas por nuestro país, eso sí, las reafirma, las institucionaliza y las concreta.
Para especialistas  como el Msc. Rubén Chacón (PPT 2008), este proyecto persigue llenar lagunas jurídicas que quedaron en la Ley Indígena, promulgada en 1997, instrumentalizar el Convenio 169 de la OIT (1992) y plasmar los derechos reconocidos en la Declaración de la ONU (2007) y en la jurisprudencia de la Sala Constitucional y del Tribunal Agrario en nuestro país. También se menciona que el proyecto viene a  corregir algunos errores importantes, referidos especialmente a las potestades y acciones de la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas (CONAI) entidad gubernamental, autónoma, creada por ley, que ha sido larga y fuertemente criticada tanto por los propios indígenas como por no indígenas, vinculados como académicos o asesores en estos temas, especialmente por lo que ellos denominan, su visión “integracionista” y “divisionista” del movimiento indígena.
La visión del estado y de la sociedad costarricense se ha caracterizado hasta ahora por considerar a las poblaciones indígenas como minorías étnicas, grupos vulnerables y  objetos de protección; invisibilizados, desconocidos  y excluidos en su condición de pueblos.
En este sentido, las organizaciones indígenas aseguran que

En la Costa Rica de los años 2007 y 2008, cualquier circunstancia que haya favorecido a los pueblos indígenas es principalmente el producto de sus luchas reactivas contra los intereses de una sociedad hegemónica que se niega a reconocer la especificidad de la cultura ancestral indígena, y los derechos que derivan de esa circunstancia. (Mesa indígena 2008:5)

Aquí identificamos una primera tensión que muestra ambigüedades políticas al proyectar una imagen de “avanzada” en el ámbito internacional, mientras que se mantiene un letargo a la hora de tomar una decisión interna consecuente, como la que requiere este proyecto de ley, expresándose en un apoyo político aparentemente claro y decidido, con una importante cuota de consenso por parte de los partidos políticos de mayor peso en los poderes ejecutivo y legislativo, que no ha logrado fructificar en 15 años.
Vale la pena insistir en la relevancia de  este punto y ubicarlo en perspectiva dentro del contexto regional pues, el enfoque de derechos que domina actualmente el escenario latinoamericano en cuanto al ordenamiento jurídico, pone de manifiesto una realidad  que está exigiendo un cambio significativo en esa relación entre el Estado y los Pueblos Indígenas, para que sean tratados como sujetos de derechos y como pueblos con culturas diferenciadas. Como lo afirma la CEPAL:

“América Latina se caracteriza por ser una región pluriétnica y pluricultural. En la actualidad hay más de 650, pueblos indígenas reconocidos por los Estados. Estos presentan una diversidad de realidades territoriales y demográficas  y poseen diferentes estatus sociopolíticos en los países donde se asientan. El común denominador es, sin embargo, la discriminación estructural que afecta a estos pueblos y se expresa en marginalidad, exclusión y pobreza”. (CEPAL 2006:3)

Los Pueblos Indígenas en América Latina han logrado en las últimas décadas  un resurgimiento de sus luchas y reivindicaciones, creando nuevas agendas  en su vinculación con los Estados. Estas agendas reclaman nuevos pactos sociales que promuevan la participación ciudadana, la inclusión social y el ejercicio real de todos sus derechos.



Al respecto el mismo informe de la CEPAL  advierte que:
En las dos últimas décadas del siglo XX la cuestión indígena cambió profundamente en América Latina. La constitución de los movimientos indígenas como actores políticos es uno de los fenómenos más notables en la región y en el mundo, y tendrá prolongados efectos en las democracias de los países latinoamericanos”(Idem 2006:5)
.
Lo anterior se traduce  en una reivindicación de los principios de  autodeterminación y autonomía de estos pueblos en el marco de los estados nacionales, a tal punto, que se vean concretados en la construcción de políticas públicas con la participación directa de las propias poblaciones indígenas.
La mayor trascendencia política de este proyecto se encuentra entonces, en el hecho de que éste se inscribe dentro de una tendencia internacional de un cambio en el modelo de estado y su relación con los pueblos y territorios indígenas. Podría decirse que se trata de un paso importante, un avance que tiende a la transformación de un estado integracionista hacia un estado intercultural y por lo tanto  en cambios fundamentales en la forma de  construir  la agenda de gobierno y la agenda pública. Este cambio, como fue referido antes, es propiciado por el sistema de Naciones Unidas respondiendo a las luchas y a  las demandas de las organizaciones indígenas a nivel mundial.
El Estado Intercultural  que se visualiza dentro de ese nuevo enfoque supone el reconocimiento de la “unidad en la diferencia”, el principio de “comunicación intercultural” y de las “relaciones de complementaridad” a partir del reconocimiento de los derechos de autodeterminación que tienen los diferentes pueblos que forman parte de un mismo estado y país, para lo cual es preciso el abandono de las perspectivas históricas de asimilación, homogenización e integración  que han predominado como fundamento de la “nación” en nuestros estados latinoamericanos, incluyendo el costarricense.

    1. Las exigencias de una nueva agenda pública y de gobierno.
Según refiere don Rubén Chacón, desde principios de los años 80 del siglo XX, diversas organizaciones indígenas iniciaron  las denuncias por los incumplimientos de las leyes vigentes, pues a pesar de ellas, los problemas que vivencian estas comunidades se mantienen igual o empeoran por lo que empiezan entonces a  proponer reformas legales, las cuales se evidencian en  documentos como los siguientes (Chacón 2008 PPT):
1994:
-          Expediente Legislativo # 9858:  " Informe unánime de la Comisión Especial que investiga la usurpación de tierras indígenas”;
-          - Expediente Legislativo # 9955: "Proyecto de Ley de actualización de las reservas indígenas”;
-          Expediente Legislativo # 9956: "Proyecto de Ley contra usurpaciones de terrenos en reservas indígenas";
1985:
-          Expediente Legislativo #10.665: "Proyecto de Ley  contra la usurpación de tierras que están siendo objeto los indígenas de todo el país";
1990:
-          Expediente Legislativo # 10.912: Originó la Ley # 7225 de 19 de abril de 1991: "Ley de Inscripción y Cedulación Indígena;
-          Expediente legislativo # 10.933: Se denominó "Ley de cedulación y desarrollo de las comunidades indígenas",  y también se llegó a conocer como "Proyecto de Ley de desarrollo integral de los pueblos indígenas“;

Tales esfuerzos de denuncia y de elaboración de propuestas muestran un proceso sostenido y creciente de insatisfacción con las leyes vigentes y sobre todo con la falta de aplicación que las caracteriza, aún actualmente.
En ese contexto, el proyecto de ley en cuestión se reconoce como producto de un proceso social amplio que ha contado con  la voluntad, el acuerdo  y la participación directa de los diferentes partidos políticos, en distintos períodos de gobierno.
El recorrido de esos 15 años se resume en los siguientes puntos culminantes (Chacón 2009 PPT):
  • 1994: Sale publicado en La Gaceta #222 de 22-11-94, ( página 2) del Diario Oficial el texto actual del expediente legislativo # 12.032;
  • 1995: Se inicia el proceso de consultas a las comunidades indígenas (Julio);
  • 1997: Se realiza en la Asamblea legislativa el “Foro Nacional Indígena”,
  • 2000: Se archiva el proyecto de ley N°12032, por disposiciones administrativas. 
  • 2001: El Diputado Walter Robinson, promueve con el mismo texto que el proyecto N°12032, una versión en los mismos términos, que se enumera bajo el expediente N°14.352. 
  • 2006: Se inicia el proceso de consultas a las comunidades indígenas (a sabiendas que en términos generales los contenidos fundamentales ya se habían consultado en el año 1997);
  • 2007: Se aprueba en fecha 11 de setiembre, el Dictamen Afirmativo de Mayoría, que es la base del texto que se consigna actualmente en el proyecto que analizamos.            
Como se hace notar, esta propuesta ha contado con la participación en la redacción, consulta y conocimiento informado de las organizaciones indígenas y de las propias comunidades, tanto a través de sus representantes  como en forma directa. Fueron consultados los ocho pueblos indígenas, los 24 territorios reconocidos. Se eligieron delegados en 22 territorios y participaron 2.200 personas mayores de 15 años, lo que desde el punto de vista técnico para, los diputados y diputadas, miembros de la Comisión Permanente de Asuntos Sociales  es una cifra de participación  que estuvo dentro de los parámetros esperados de comportamiento electoral ( A. L.  Informe Técnico 2009.23 y Dictamen de Afirmativo de Mayoría Set 2007 ).
Los datos anteriores evidencian, a nuestro criterio, tres aspectos relevantes: primero que el proyecto no es tan solo una formalidad técnica de armonización jurídica, sino que responde a una urgencia vital para las comunidades indígenas de nuestro país, debido a que la legislación e institucionalidad actual, concreta, específica, que se ejerce como parte del ordenamiento interno,  no representa para estos pueblos una verdadera oportunidad de desarrollo con identidad.
En segundo término, si se analizan las denuncias y las propuestas anteriores encontramos una segunda tensión que podríamos denominar de orden interno que genera este proyecto, esta vez relacionada con la disputa de indígenas y no indígenas respecto de los territorios de “reserva”, los cuales fueron reconocidos por ley a los indígenas( Ley Indígena 1977) pero que, a pesar de ella, mantienen los no indígenas en su poder, debido precisamente a los vacíos, inconsistencias, contradicciones e inoperancia de nuestro sistema actual, el cual pretende ser mejorado en favor de los indígenas con este proyecto de ley.
Un tercer aspecto que merece destacarse y que abona a la tensión anteriormente enunciada, refiere a la consulta que se realizó de este proyecto con las comunidades indígenas, la cual es muy importante porque, como se observa, ha sido redundante ( en varios momentos y de diferentes formas), su validez es reconocida por todas las partes involucradas, técnicamente apoyada y afirmativa como voluntad de los pueblos afectados. Esto a pesar de la oposición de algunos dirigentes indígenas[2],  miembros de las Asociaciones de Desarrollo de la Comunidad y de la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas, estructuras que desaparecerían o perderían pertinencia con la aprobación de este proyecto de ley, al ser sustituidas por un Consejo Indígena en cada territorio y por el Consejo Nacional Indígena, lo cual, como es de esperarse, afecta algunos intereses particulares y provoca reacciones en contra.
En resumen, este proyecto amplía la legislación interna y crea nuevos espacios institucionales para la construcción de políticas públicas y acciones estatales y comunitarias que inevitablemente afectarán intereses particulares, históricamente en disputa, relacionados especialmente con el tema de las tierras y del poder comunitario.
    1.  El modelo de desarrollo costarricense: el tema de las riquezas naturales.
Es de conocimiento general que los territorios indígenas en todo el mundo, poseen grandes riquezas minerales y  naturales en general,  que han sido conservadas gracias a las prácticas culturales caracterizadas por un sentido de protección vital milenaria que  estos pueblos han mantenido, para beneficio de todo el planeta. Esto, a pesar de los despojos y constantes presiones de las que han sido objeto en los últimos 500 años.
En el caso costarricense, la situación no es diferente. El estudio técnico supracitado, menciona al respecto lo siguiente:
“Constituyen una población cercana a las 75.000 personas, habitan 24 territorios indígenas distribuidos en todas las zonas del país, con un área de 330.509 hectáreas y poseen alrededor del 13% de los bosques del país y una de las partes más importantes de la biodiversidad de Costa Rica, a pesar de que históricamente se ha dado una presión sobre sus recursos naturales, la usurpación de sus tierras, el saqueo de sus riquezas, la pérdida cultural y de la marginalidad a la que han sido sometidos durante más de 500 años.
No obstante, esta riqueza de recursos naturales y de biodiversidad los territorios indígenas son las zonas de menos oportunidades y de mayor pobreza del país. Después de aceptar la convivencia con los pueblos indígenas, todavía se mantiene el problema por obtener o apropiarse de los recursos que existen en sus territorios indígenas, por lo que mantienen la lucha por evitar la apropiación de los recursos de la biodiversidad existentes en sus territorios (riqueza forestal, plantas medicinales), el conocimiento tradicional, los minerales, los hidrocarburos, la tierra y el agua.” (A.L. 2009:24)
En este punto el proyecto de ley fortalece la capacidad de estos pueblos para resistir los embates depredadores que atentan contra el equilibrio natural y del medio ambiente. Esto que podría entenderse como algo muy importante y acertado, es al mismo tiempo otra fuente de tensión  y de reacción contra este proyecto, pues obliga al estado y a cualquier empresa interesada en la extracción de recursos localizados en los territorios indígenas, a negociar con estos pueblos bajo condiciones de mayor equidad entre las partes.
No puede perderse de vista que para los Pueblos Indígenas, el territorio es su espacio vital y espiritual, el lugar donde ellos “son” y “conviven” entre ellos y con el resto de seres vivientes, la tierra es su madre, por eso la estiman, la cuidan. Todo en la naturaleza es importante.
En este sentido, las propias organizaciones indígenas abogan por la superación de toda visión  que solo observe en las poblaciones indígenas su condición de  pobreza, vista como problema estructural de marginalidad y de exclusión social.  Para ellos la pobreza o la riqueza no posee ni los mismos valores ni las mismas medidas de la visión occidental, por lo tanto, si bien es cierto que existe una situación estructural que los oprime y explota, la superación que ellos propugnan de esta situación, posee alcances que van mucho más allá de lo económico y social  de la visión no indígena; tiene que ver con el sentido de la vida, con la pervivencia del ser humano y del planeta mismo. Es por lo tanto una cuestión también espiritual que solo es posible resolver mediante la aplicación de su propia cosmovisión en las alianzas estratégicas, interculturales con el resto de la población y con los Estados para el “buen vivir” de toda la población. Esto no puede ser interpretado como una negativa absoluta a compartir las bondades de la naturaleza en beneficio de los demás, sino que el aprovechamiento de esas riquezas debe responder a una racionalidad consecuente con una ética de vida.
La cosmovisión indígena, considera los “recursos naturales”, una riqueza que, en primera instancia, no es económica- en sentido monetario -  sino vital y comunitaria y que por ello no les pertenece como propiedad particular,  lo cual entra en contradicción con la visión occidental predominante, de explotación de dichas riquezas cuando se las usa como si fueran recursos ilimitados, mercantilizándolos con fines exclusivos de apropiación y comercialización individual.
Por lo tanto este es un tema sensible pues involucra la propiedad intelectual del conocimiento tradicional, las explotaciones mineras, petroleras, hidroeléctricas etc. Esto obviamente, genera reacciones que aún no han sido expresadas explícitamente como tales, por los sectores que podrían verse amenazados en sus intereses económicos, aunque se sabe que existen.

  1. CUESTIONAMIENTOS Y OPOSICIONES AL PROYECTO.
No se conocen, a la fecha, cuestionamientos o contrapuestas que refieran al articulado del proyecto de ley en el sentido de que éste contravenga el marco jurídico internacional suscrito por nuestro país.
            Las voces que se han levantado en contra apelan a supuestos vacíos en relación con la Declaración de la Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada en forma posterior a la redacción del proyecto, en su versión básica y, especialmente, al origen del proyecto, desde el punto de vista político de los actores que lo impulsan y a la validez de la consulta realizada en las comunidades indígenas Estos cuestionamientos han sido rebatidos en su totalidad por quienes abogan por la aprobación del proyecto y de manera indirecta por el informe técnico del departamento de Servicios Técnicos de la misma Asamblea Legislativa,  reiteradamente citado.
            Las manifestaciones en contra provienen especialmente de un sector de los propios indígenas, integrantes de algunas de las actuales Asociaciones de Desarrollo de la Comunidad y del partido político PASE el cual posee representación en la Asamblea Legislativa y es parte de la Comisión que analizó e impulsa por mayoría este proyecto de ley, aunque no concretó un dictamen de minoría.
Seguidamente, se ofrecen algunos comentarios al respecto.
    1. Las diferencias entre los propios indígenas
Una de las características del movimiento indígena en Costa Rica, es su divisionismo interno, el cual ha sido fomentado por la imposición de estructuras organizativas no indígenas como las Asociaciones de Desarrollo de la Comunidad,  únicas instancias de representación sociopolítica legalmente reconocidas actualmente, al amparo de la ley indígena y de la ley de CONAI, las cuales son objeto de severas críticas por parte de amplios sectores de estas poblaciones, al considerarlas incondicionales de la CONAI y porque permiten el ejercicio de liderazgos no indígenas dentro de ellas,  fomentando una  visión asimilacionista e integracionista que atenta contra su propia cosmovisión y contra sus derechos colectivos como pueblos. Es decir, se las asumen como instrumentos de “aculturación”, pues encuentran que éstas no defienden sus intereses y reproducen a lo interno, el mismo tipo de subordinación indígena que predomina en el resto de la sociedad.
Estas divisiones se han estructurado tanto en el nivel nacional como en el nivel local y comunitario, lo que genera constantes diferencias y disputas internas en estas comunidades.
El proyecto de ley que analizamos, reivindica las estructuras comunitarias de autoridad, lo que permitiría, por ejemplo, la recuperación de la voz de “los mayores o Awapa”, la representación clánica y el ejercicio de formas de liderazgo propias, para la toma de decisiones. Las Asociaciones de Desarrollo de la Comunidad dejarían de ser las instancias formales de representación política para dar paso a la creación de Consejos Indígenas, estructurados según su propia cosmovisión.
La Comisión Nacional de Asuntos Indígenas, igualmente, desaparecería como instancia gubernamental. Los Consejos Indígenas Territoriales constituirían el Consejo Nacional Indígena..
Así las cosas, se entienden las oposiciones al proyecto, por parte de un sector de los dirigentes de las Asociaciones de Desarrollo de la Comunidad, las cuales están focalizadas en las zonas de Chirripó, por una parte de los cabécares en Turrialba, en la zona de Térraba de Buenos Aires  y en el sur – sur  por parte de algunos gnôbes.
Entre los argumentos de este sector de la población indígena, se encuentran, como se dijo antes, una oposición al origen del proyecto y lo que ellos consideran una amenaza al disfrute, por parte de las poblaciones indígenas, de “las bondades del TLC” .
    1. La oposición del Partido PASE y la defensa de las organizaciones indígenas agrupadas en la Mesa Nacional y la Asamblea Nacional de delegados y delegas indígenas (ANDI)
En un documento que se hizo circular por parte del partido PASE, se manifiesta posición en contra del proyecto de ley, alegando básicamente lo siguiente ( ver anexo):
-          El citado proyecto no incorpora todos los derechos aprobados en la Declaración de la ONU, aprobada a finales del 2007, por lo que debe revisar dicho proyecto en su totalidad.
-          La normativa internacional suscrita por nuestro país es vinculante de acuerdo con nuestro ordenamiento jurídico, por lo que podría prescindirse de este proyecto sin que por ello puedan obviarse las obligaciones del estado en materia indígena.
-          El proyecto no recupera realmente los principios de autodeterminación y autonomía, fundamentales para los Pueblos Indígenas.
-          La consulta llevada a cabo no cumple para ellos, satisfactoriamente con criterios formalizados con anterioridad, y cuyos procedimientos deben ser tutelados por el Tribunal Supremo de Elecciones, a quien corresponde esta materia.
-          El propósito de la consulta debe ser el de lograr acuerdos, los cuales, a su criterio no se han obtenido.
-          El proyecto define un nuevo tipo de estructuras, que según su criterio, serían impuestas y no contempladas ni en el Convenio 169 de la OIT, ni en la Declaración de la ONU.
Como contra argumentación, las organizaciones indígenas que impulsan el proyecto hicieron circular otro documento ( ver anexo ) en el que discuten lo anotado por el PASE y cuestionan al mismo tiempo sus actuaciones, por considerarlas confusas e infundadas. Enseguida se citan en algunos casos y se resumen en otros,  sus principales puntos:
-          Existe indefinición por parte del PASE de los artículos del proyecto de Ley que deben ser eliminados porque según ellos, van de manera directa en contra de las aspiraciones de autonomía de los pueblos indígenas.

-          El  PASE no ha aportado al expediente legislativo ningún estudio o documento probatorio que justifique sus objeciones.  Frente a esto, ellos afirman categóricamente y lo hacen con referencias y comparaciones directas de los textos, que no hay un solo elemento del discurso que el PASE presenta, que no esté contemplado en el actual texto del Proyecto de Ley que se discute en la Asamblea Legislativa.
-           Le cuestionan además, la razón por la cual,  “mientras el proyecto de ley estuvo esperando nuevamente ser puesto en la corriente legislativa –desde setiembre del 2007 en que se aprobó el Dictamen Afirmativo de Mayoría, y hasta el mes de setiembre del 2008 en que se volvió a poner en lista-, no organizó rondas de conversación o convocó a representantes de las Asociaciones de Desarrollo Indígenas o de organizaciones no gubernamentales indígenas, para manifestar sus preocupaciones”.

-          Le preguntan ¿Quiénes o qué entidades indígenas, son sus referentes en Costa Rica?

-          En cuanto a la validez del proceso de consulta, el documento citado anota lo siguiente:

” …en dos ocasiones formales se puso en consulta este Proyecto de Ley. La primera por medio del proceso de “Pre consulta” realizado a fines del año 2005 y principios del 2006; y de la Consulta, realizada en el año 2006, así como las sesiones del “Foro de los Delegados Indígenas” en la Asamblea Legislativa acaecida en el mes de setiembre del año 2006. Y a esta habrá que agregarle, la que se dio en el año 1997, a propósito del Proyecto de Ley N°12.032 (que como se ha sostenido mantenía los mismos términos del actual proyecto). Los procesos de consulta llevados a cabo han resistido la oposición de algunos sectores –incluido de manera expresa a la Comisión Nacional de Asuntos Indígenas- (CONAI). En todas ellas, el movimiento indígena ha realizado aportes para su configuración, y tales contribuciones se  han aceptado básicamente, pero ha sido el Parlamento quien las dirigió, junto al Tribunal Supremo de Elecciones y otros entes. Todo lo cual demuestra un proceso amplio de buena fe, tal y como siempre lo ha avalado la Sala Constitucional (incluida una Consulta Facultativa de Constitucionalidad, que se resolvió por el Voto 1998-03631, que cita el PASE en su documento).Pero si se entiende la figura de la consulta en su verdadera dimensión, esta dispone (en el artículo 6 del Convenio 169 de la OIT), que el objetivo de la misma es “ … llegar a un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas …”. Y en el caso de ambos textos (el que exponía el expediente N!°12.032 y el actual 14.352), en los propios legajos legislativos se puede apreciar, que no hay una sola manifestación contraria, y más bien, el proceso llevado a cabo en ambas ocasiones, demuestra que hay un consenso. Por eso, la consulta llevada a cabo constituye un primer paso, y si respondió a las exigencias del Convenio 169 de la OIT” ( pág 5 ).

  1. CONSIDERACIONES FINALES.
Luego de la revisión de los puntos antes expuestos es posible concluir lo siguiente:
    1. Este proyecto de ley es de larga data, se ha ido reconstruyendo en el tiempo y en 15 años no se ha presentado una propuesta contraria o diferente como alternativa.
No existen  observaciones sustantivas al texto propiamente dicho. El informe técnico de la Asamblea Legislativa confirma, lo que aseguran las organizaciones indígenas y demás sectores proponentes de que éste responde a todos los instrumentos jurídicos internacionales de mayor actualidad, incluyendo la Declaración de la ONU del 2007.
En una reunión que se realizó en San José, el pasado 10 de noviembre del 2008, como parte de una visita informal de los señores Dr. Bartolomé Clavero, representante del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU y el Dr. James Anaya, Relator Especial sobre la Situación de los Derechos Humanos  y Libertades Fundamentales de los Indígenas, de la ONU, encuentro efectuado con la participación  de 20 de los representantes indígenas y la presencia de funcionarios de la CONAI, ambos manifestaron su preocupación por la inexplicable tardanza del Poder Ejecutivo en aprobar este proyecto. [3]
    1. Si este proyecto responde a los compromisos asumidos internacionalmente y promete una especificación o, por así decirlo, una “nacionalización” de dichos compromisos, debería ser entendido como una decisión necesaria y  conveniente para facilitar la práctica y exigibilidad de los derechos indígenas en nuestro país.
No puede perderse de vista que los cambios que se están impulsando como parte de un enfoque de derechos y del reconocimiento del derecho indígena como un cuerpo especial o específico,  llevan al desarrollo de nuevas relaciones sociopolíticas entre los pueblos indígenas, el estado y la sociedad, lo cual no se agota ni puede agotarse en una ley. Se impone la necesidad de una revisión permanente de nuestro ordenamiento jurídico e institucional incluyendo, el académico, en cuanto a sus impactos y resultados en la vida cotidiana de estos pueblos y en sus culturas y según los intereses y prioridades que ellos definan, mediante su participación activa en procesos sociales en los que hasta ahora han sido sistemáticamente excluidos,  y además,  mediante estructuras y mecanismos propios.
Por lo tanto debe entenderse que este proyecto es solo un paso en esa dirección.. En este sentido, la CEPAL afirma y parece reafirmarse en Costa Rica:
“El mayor desafío actual para la comunidad, internacional, los Estados y los pueblos es la implementación y el cumplimiento de esos estándares en las normas, jurisprudencia y políticas internas de los países”. (CEPAL2006:148)

    1. Es evidente, que las diferencias  de las que es objeto este proyecto – entre los mismos indígenas - no son más que la expresión de un telón de fondo que se asienta en el juego político de intereses y visiones distintas              ( definidas o no por imposiciones de los no indígenas), las cuales, siendo consecuentes, deberán ser  negociadas, resueltas, disminuidas o toleradas por los pueblos indígenas como parte de sus propios procesos de desarrollo.

Referencias bibliográficas

  • Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica: Ley de Desarrollo Autónomo de los Pueblos Indígenas, expediente n.º 14.352, dictamen afirmativo de mayoría(11 de setiembre de 2007), segunda legislatura(del 1º de mayo de 2007 al 30 de abril de 2008), segundo período de sesiones ordinarias (del 1º de setiembre al 30 de noviembre de 2007) departamento de comisiones, Comisión Permanente de Asuntos Sociales dictamen afirmativo de mayoría.
  • Asamblea Legislativa (2009) Informe del texto sustitutivo del proyecto de ley ”Ley de Desarrollo Autónomo de los Pueblos Indígenas expediente nº  14.352 s.t. elaborado por la Licda. Norma Eugenia Zeledón Pérez, Supervisado por el Lic. Paúl Benavides Vílchez Coordinador a.i. Área Socio-Ambiental Revisado Licenciada Gloria Valerín Rodríguez Directora Departamento de Servicios Técnicos mayo de 2012.
  • Comisión  Económica para América Latina CEPAL (2006) Panorama Social de América Latina 2006. Capítulo III. “Pueblos indígenas de América Latina: antiguas inequidades, realidades heterogéneas y nuevas obligaciones para las democracias del siglo XXI.”( pdf de 577kb) en www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/0/27480/P27480.xml&xsl=/dds/tpl/p9f.xsl&base=/tpl/top.
  • Chacón Rubén (2008) Presentación del Proyecto de Ley, versión del 11 de Setiembre 2007.Power Point ( 27 DP). Curso Internacional de Gobernabilidad y Políticas Públicas para Líderes Indígenas de CA UNED- CICA- FI – UII. Marzo del 2009.
  • Movimiento Indigena de apoyo al Proyecto de Ley de Desarrollo Autónomo de los pueblos Indígenas: (sf) “Análisis del documento que circula, denominado: posición del partido pase en contra de proyecto de autonomía de pueblos indígenas”. San José Costa Rica.
  • Organización de Naciones Unidas (ONU) Asamblea General ( 2007) declaración de las naciones unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. 13 de septiembre del 2007, Sexagésimo primer período de sesiones tema 68 del programa.  Documento pdf
  • Posición del PASE en contra de proyecto de autonomía de pueblos indígenas. (sf). Documento  digital. San José Costa Rica.



[1] Al respeto fueron consultados el señor Donald Rojas Maroto presidente del Consejo Indígena de Centroamérica (CICA), el señor Oldemar Pérez Hernández, presidente de la Mesa Nacional Indígena, el señor Pablo Sibar Sibar, dirigente Teribe y el señor Rubén Chacón   abogado Marzo 2009.
[2] MMI Respuesta a la posición del PASE (2008),Informe ante la Relatoria especial de la ONU
[3] Esta reunión se realizó en el marco del Foro” La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas: una agenda pendiente”, al cual fui invitada como observadora.